sábado, 28 de noviembre de 2009
Hermosa Agonía
Los amantes que precisan cruzar por el puente del amor
no escapan nunca de si mismos,
a menudo adquieren el calor
de la voz que reposa en el espliego,
y con piadosa mirada
se enzarzan en un rapto de deseo sublime,
incendiario, jarana rosa, enigma para hombres...
Encontrar la felicidad en un rayo de sol es cobardía
cuando llegar a lo más alto es posible.
Blanca destreza imantada,
no condiciones al amor de las manos frías,
no mueras
y con el pecho hacia adelante,
carroña turbada de inmensidad,
chilla, aletea, chuchichea,
se aguja, se dedal...
Inicio mi viaje porque hoy puedo abofetearte sin prisas,
también puedo amarte.
Niño de chiste que un día pudo desgarrarme,
los fantasmas existen,
los besos todavía son...
son vidrio mojado,
estación y extensión de días nunca grises,
son jinetes, son túneles,
reunión de fatigas desechables...
No necesito que ni hoy ni mañana me cures las rodillas,
podemos sobrevivir sin alcoholes.
Y ya que la golondrina y el gigante no son mujer, ni son hombre, inmolemos el descuido de no saber amarnos cada día,
inmolémoslo por tenacidad
o simplemente por acto vandálico con esperanzas,
la desesperación no existe entre tus pies y los míos,
voz de muselina para dos,
flor de ningún mal,
nuestra circunstancia vive escasa de lecciones,
escándalo pizpireto,
hermosa agonía...
Octubre, 2007
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