martes, 1 de diciembre de 2009



Mi paraíso existe
Siete velos y un pequinés
le pegan el tercer bocado a la tortilla
mientras mi madre solloza de gusto ante la cruz.
¡Mi paraíso existe!
Creo que mi padre no se la ha metido nunca por el culo.
¡Mi paraíso existe!
Aunque mi madre siempre tiene vaselina al lado del bidé.
¡Mi paraíso existe!
Estado catatónico que pasa sin pena ni gloria ante cuatro hombres
y un burdel imaginario.
Crucifijo ordinario para sacarse los mocos,
acunar un poder tardío
y desmerecer a un hombre valiente pero estúpido.
Cuatro canallas y cien toreros
se la sacuden después de misa mientras se toman el vermut.
¡Mi paraíso existe!
Hoy te prefiero a ti.
Crucifijo sin articulaciones,
no puedo cortarme las venas,
caricatura de placer.
Una piedra y medio gramo
cruzan la frontera
mientras el mundo és un guerra de semáforos
y mi coño se vende en el club del gourmet.
¡Mi paraíso existe!
Delicatessen de cuarta sin regionalidades.
¡Mi paraíso existe!
Perfume de mujer sin autoridades.
¡Mi paraíso existe!
Azótame el culo una vez más.
¡Mi paraíso existe!
A cuatro patas llega el pelotón y descubre la belleza.
Crucifijos hermosos aparecen de repente y a contraluz,
titubeo incesante y jugoso,
la puta vuelve.
Malversación con la cara lavada,
cae la nieve
y consigo bailar un rock&roll.
Siete velos, un pequinés, cuatro canallas, cien toreros, una piedra y medio gramo,... existen.

Agosto, 2007

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