martes, 15 de junio de 2010



Sin atentados

Placer con guirnaldas en el primer día del año,
buenos días por la tarde,
buenos días sedientos de ti.
Hace horas que no tengo miedo,
que los defendidos se hacen hueco en el vacío,
que las desgracias desaparecen
y que todos mis ojos descansan en el mar de los protegidos.
Atada con el cordel de tus manos renací,
atada a un deseo que recorría sin máscaras nuestros cuerpos
fatigué sin fatigas de paños rotos,
sin oscuridad,
todo fluía,
todo se encontraba,
empate de placer,
carisma taurina sin atentados.
Y cada roce,
cada beso,
residían infinitos, sin naufragios,
tu voz me humedecía vertical, locamente tranquila, hermosa,
y encomendarle al amor
la (in)quietud perfecta de nuestros cuerpos
residía y existía ágilmente en un murmullo continúo,
en una libertad sin maleficios.
La casa huele a ti, todavía,
yo, huelo a ti.
Aceleraría el tiempo si pudiera,
impulsos de 24 horas,
afán converso.
Despacio,
muy despacio,
luz de enero,
placer.

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